Con solo 16 años, Miguel Ríos abandona su Granada natal para abrirse camino en el mundo de la música en Madrid. Estamos en 1960 y aunque al jovencísimo Miguel lo que le va es el rock & roll, entonces la moda es el twist, así que empezará a actuar bajo el nombre artístico de Mike Ríos, el rey del Twist, con el que graba su primer sencillo. De esa época, en la que colabora con grupos como Los Sonor y Los Relámpagos, son sus actuaciones en las sesiones matinales musicales del Circo Price, a las que hace mención en la letra del tema "Bienvenidos". En 1968, ya como Miguel Ríos, ficha por la discográfica Hispavox y empieza a triunfar con temas como "Vuelvo a Granada". Pero su consagración como cantante llega un año después al interpretar la adaptación sinfónica pop del Himno de la Alegría, hecha por el director de orquesta argentino Waldo de los Ríos. La pieza, pertenece al 4º movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven que el genial compositor, ya sordo, convertiría en himno coral, a partir del poema "Oda a la Alegría" del poeta alemán Friedrich Stiller. Si hasta entonces la pieza musical ya era todo un símbolo de la fraternidad, la adaptación e interpretación del granadino alcanzará una extraordinaria difusión mundial. Y si desde entonces la canción es todo un símbolo fraternal en el mundo de habla hispana, la versión inglesa que del tema hará el andaluz, le servirá para ser también número uno en todas las listas europeas y en otros continentes. Hasta en Estados Unidos alcanzó un gran éxito, privándole del número uno únicamente la celebérrima "Puente sobre aguas turbulentas", de Simon & Garfunkel.
Desde entonces, y hasta la fecha, el rockero más famoso de España se ha mantenido siempre fiel a sus orígenes y a su estilo, con momentos cumbre como su inolvidable gira y álbum doble en directo "Rock & Ríos" de 1982, o su participación en le gira "El gusto es nuestro" junto a Serrat, Victor Manuel y Ana Belén.