Llama la atención la espectacular cantera de cantantes de estilo soul y neosoul que día a día surgen en el Reino Unido. Artistas que, muchas veces, se abren camino lejos del mercado musical diseñado a medida del consumidor. El trabajo, la ambición, el aprovechamiento de las ocasiones que se les presentan e, indudablemente, el uso de las redes y plataformas musicales, son la mejor fórmula para que cantantes con talento como el británico Michael Kiwanuka se hayan dado a conocer. Hijo de ugandeses exiliados, a los doce años le regalarán una guitarra que cambiará su vida. Fascinado desde entonces por la música e influenciado por cantantes como Otis Redding, Bob Dylan, Van Morrison o el grupo Nirvana, comenzará una andadura artística que le llevará a trabajar como músico de estudio, en un primer momento, hasta lograr ponerse en valor como cantautor y grabar sus primeros temas, obteniendo una buena aceptación de público y crítica. Se hará así un hueco musical, llegando a actuar como telonero de la propia Adele. Su primer gran éxito le llegará hace ahora cinco años de la mano de "Black Man In A White World", una crítica sin estridencias ni resentimientos al racismo, que en Estados Unidos se ha convertido en un auténtico himno entre la comunidad afroamericana.
Nuestra propuesta de hoy es uno de los de los primeros temas editados por Kiwanuka, "Bones", una deliciosa canción colorista sobre un amor imaginario, a caballo entre el blues y el soul, con cuidados arreglos jazzísticos y coros clásicos, que contrasta con la sobriedad e intimismo de otros temas conocidos de este cantante, como "Solid Ground", "Love & Hate" o "Cold Little Heart". Adjuntamos un vídeo con su traducción en español.