Llega el período veraniego y con él hacemos un pequeño paréntesis antes de retomar nuevas propuestas en nuestro blog. Entre tanto, os dejamos cuatro de las canciones ya publicadas, sin otra intención que invitaros a pasar un relajado rato escuchándolas. Se trata de "Time In A Bottle" de Jim Croce, "Your Heart Is Black" de Melody Gardot, "Tus cartas son un vino" de Sole Giménez y "Happens To The Heart" de Leonard Cohen.
Basta ojear nuestras últimas propuestas, para comprobar cómo no es infrecuente que quienes las protagonizan respondan a un perfil familiar o vital cosmopolita. Lo que en el ámbito personal puede ocasionar situaciones complejas, en lo referido al ámbito musical resulta mayormente enriquecedor. Algo que, en el caso de la cantante y el tema que hoy viene a este blog, resulta determinante. Y es que esta artista con raíces alemanas, canadienses y británicas, desde pequeña se acostumbró a cambiar de residencia por exigencias laborales familiares. Berlín, Oakville, Nueva York, Connecticut, Londrés o Berlín, son solo algunas de las poblaciones en las que Alice Merton ha residido en sus más de doce mudanzas. Se entiende así bien que el debut comercial de esta cantante de estilo pop independiente, que durante su infancia aprendió piano y solfeo, lo fuera con una canción de título "No roots" (Sin raíces).
A Merton le bastó este tema para triunfar hace cinco años en todo Europa y , posteriormente, en Estados Unidos y el resto del mundo. La autora e intérprete explicó cómo llegó un momento en que se sentía perdida ante tanto cambio de residencia, y decidió escribir esta canción con fondo positivo. Desde entonces, ha ido editando distintos trabajos y canciones como "Hit The Ground Running", "Funny Business" o, más recientemente, "Vertigo", aunque ninguna ha alcanzado la popularidad de "No roots". Con la enorme fuerza que le imprime el potente ritmo sincopado, esta gran composición e interpretación vocal ha ido adquiriendo cada vez más trascendencia, incluyéndose en distintos programas, series televisivas o acontecimientos de todo tipo, dándose la increíble circunstancia de ser utilizada en cerca de un millón de vídeos de la popular aplicación Tik Tok a modo de presentación o fondo musical. No falta en esta entrada el correspondiente vídeo con la letra traducida en español.
Cat Stevens es uno de esos artistas de los que explicar su nombre tiene su aquel. Londinense de padre greco-chipriota y madre sueca, su nombre real es (o, como veremos, era) Steven Demetre Georgiou. Lo de Cat Stevens como nombre artístico, fue una sugerencia de una antigua novia por sus ojos felinos. El caso es que este autor, músico y cantante, de estilo pop folk, desde siempre influenciado por los temas espirituales y religiosos, tras estar a punto de morir ahogado en 1976, prometió que si se salvaba dedicaría su vida a Dios. Curiosamente, fue su hermano David, un converso judío, quien le regalaría un ejemplar del Corán, lo que le acercaría al Islam, cambiándose poco después su antiguo nombre por el actual de Yusuf Islam. Antes de todo esto, mediados los sesenta, Cat Stevens comenzaría a editar algunas canciones con buena repercusión en el Reino Unido. Aunque será la tuberculosis que sufrirá en 1969, la que supondrá un punto de inflexión en su carrera, componiendo e interpretando en adelante temas más intimistas y trascendentes. Así, ya en la primera mitad de la década de los setenta publicará sus mejores trabajos, triunfando con temas como "Moonshadow", "Father And Son", "Sad Lisa" o nuestra propuesta de hoy.
En realidad, "Morning Has Broken" es una adaptación de un antiguo tema cristiano, basado en una música gaélica, con letra de la escritora para niños Eleanor Farjeon. La versión que Stevens quería grabar tenía una escasa duración, lo que no convencía a su productor musical. Ocurrió entonces que el cantante escuchó en el mismo estudio a Rick Wakeman -el compositor y entonces teclista del grupo de rock sinfónico Yes- interpretar un tema que, poco después, incluiría en su histórico LP conceptual "Las seis esposas de Enrique VIII": "Catherine Howard". El cantante quedó impresionado y logró convencer a Wakeman para que interpretara el piano en la grabación de "Morning Has Broken", incluyendo un pasaje inspirado en dicho tema. Aunque en su día no trascendiera -Wakeman ni siquiera aparece en los créditos del disco- finalmente el teclista accedió a ello. La guitarra y magnífica interpretación de Cat Stevens harían el resto, logrando convertir la canción en un gran clásico. No obstante, el vídeo que adjuntamos, aunque pertenece a la mencionada grabación remasterizada, es una mera performance televisiva de Stevens en playback, hecha con un único músico figurante al piano que, evidentemente, no es el rubio Wakeman.
Carmen y Edelina Muñoz Barrull, Carmela y Tina (Las Grecas), fueron dos hermanas madrileñas que en los setenta triunfarían en el panorama musical pop español, de las mano de su flamenco rock. De familia artística gitana, tuvieron que emigrar a Argentina. Allí conocerán otras músicas como el rock de Jimi Hendrix o el jazz de Georges Benson. De vuelta a España, tras distintas intentonas fallidas de la mayor de las hermanas, Carmela, para trabajar en tablaos de Madrid -su cabellera rubia era todo un impedimento físico y tuvo que teñirse a morena-, las dos hermanas lograrán ser contratadas por Manolo Caracol y Lola Flores, en sus respectivos tablaos flamencos. En ellas se fijará el productor José Luis de Carlos, fichándolas para el sello discográfico de la CBS. Conscientes del potencial que el pop flamenco podía tener con estilo rock, la discográfica va a editar entre 1973 y 1974 un cuidadísimo álbum ("Gipsy Rock") que irá más allá de los acercamientos que la rumba había hecho al pop. Con fusiones de flamenco con pop, funky, rock e, incluso, rock progresivo y psicodelia, Las Grecas sorprenderán y triunfarán en radios y pistas de baile de toda España. La gracia artística de Carmela, la impresionante voz de Tina -de ella contará Antonio Carmona que, al oírla cantar flamenco, Camarón se rompía la camisa-, su particular lenguaje y forma de expresión corporal, y su imagen moderna, ayudarán a su gran popularidad.
La canción que hoy te proponemos, "Te estoy amando locamente", compuesta con Felipe Campuzano, catapultará a este dúo, cuyo nombre se deberá a la peculiar interpretación aflamencada que hacían de un tema griego. Durante su momento artístico, triunfarán también con canciones como "Amma Immi", "Anabalina", "Orgullo" o "Bella Kali". Sin embargo, Las Grecas asimilarán mal la fama y cometerán errores y excesos (se hizo famosa la expresión "Ponerse como Las Grecas") que, junto a la estafa que les hizo su apoderado y cambios en las tendencias musicales, les llevarán a un paulatino ocaso artístico y personal, mal encajado especialmente por Tina, con adicciones y problemas mentales que la llevarán a la muerte. Con el paso del tiempo, la contribución de Las Grecas al flamenco y al pop español se irá revalorizando por parte de aficionados y crítica musical. Respecto a nuestra propuesta, de la que ya hablamos de ella en este mismo blog a propósito del tema "Entre dos aguas" de Paco de Lucía, basta escucharla para comprobar su enorme calidad musical e interpretativa.